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La cuarta parte de Terminator y Transformers, dos films que prometen

Dos grandes estrenos que mueven varias neuronas de la memoria emotiva de cualquiera que haya nacido en los 80`s: se trata de "Las Crónicas de Sara Connors" y "Transformers".

Se viene otra película que completa la saga Terminator. Se trata de Las Crónicas de Sarah Connors (The Sarah Connor Chronicles) y tiene pronosticado estrenarse en el 2009.

Esta cuarta versión del clásico del cine no cuenta con ninguno de los actores del reparto original y tiene como particularidad el desarrollo de la trama en el futuro. De una vez por todas se podrá ver el proceso que lleva al joven John Connors a crear las maquinas en la compañía Skynet, y el comienzo del futuro apocalíptico que las demás venían vaticinando.
El guión está ya finalizado y es obra de John Brancato y Michael Ferris. Mientras que el productor será el mismo que la anterior entrega, Andrew G. Vajna.
Esta cuarta parte promete el comienzo del caótico fin de la raza humana además de secuencias de acción y lucha mucho más prometedoras, si bien difícilmente pueda superar a las dos primeras, esta cuarta versión es una prometedora visión del futuro que no queremos.

Por otra parte, otro de los grandes estrenos que se esperan, este es más próximo, es Transformers. Los Autobots y los Decepticons vendrán de la mano de Steven Spilberg y con una gran producción: DreamWorks SKG, Paramount Pictures y Hasbro, Inc, se unieron para hacer realidad una de las series animadas más prodigiosas de los ochentas y noventas.
El reparto oficial estará compuesto por Meter Cullen, que es la voz original de Optimus Prime en inglés, Shia LaBeouf, Jon Voight, Megan Fox, Bernnie Mac, Tyrese Gibson y Anthony Anderson.
Los Autobots serán Optimus Prime, su forma alterna es un trailer azul con llamas, es un Peterbilt sin carga trasera, medirá casi 10 metros. Bumblebee, un Chevrolet Camarol Autobot espía, y es el que tendrá mayor relación con los humanos. Ironhide, una Camioneta GMC con comportamiento de vaquero y por ùltimo Jazz (Pointiac Solstice) y Ratchet, vehículo de emergencias basado en un Humvee.
Los Decepticons seràn Megatròn nave alienígena pero en versión Cybertron y para la Tierra no será modificado, Megatrón se rehusará a scanear algún vehículo terrícola, dado su sentimiento de superioridad. Starscream (F-22 Raptor), Barricade es el Decepticon que se esconderá entre los humanos, disfrazado como un símbolo de autoridad.

Ambos trailers pueden verse en youtube.com

Mariano Alonso








Ana no está sola

El viernes 18 de mayo, la uruguaya Ana Prada presentó su primer disco solista "Soy sola" en La Trastienda. Pero de soledades no se supo nada esa noche en la calle Balcarce porque la cantante, prima hermana de Jorge Drexler, estuvo muy bien acompañada arriba y abajo del escenario.

Desde el otro lado del río, sus familiares y amigos llegaron para ocupar más de la mitad de las mesas y alentarla durante la hora y media que duró el recital. Además de los músicos que la acompañaban Freddy Pérez(guitarra criolla), Juan Pablo Chapityal(en guitarra eléctrica), Ariel Hassan (acordeón y teclados) y Juan Bounome (percusión), Ana se dio el gusto de cantar a dúo "Tentempié" con Kevin Johansen, que fiel a su estilo, se permitió jugar y dramatizar la canción. La compañía no terminó allí; minutos más tarde, la uruguaya presentó a dos "grandes" hombres. "Uno, un gran músico y grande de tamaño. El otro, un gran músico en frasco pequeño". Y así, hicieron su entrada Javier Malosetti y Fernando Cabrera, coterráneo de Ana, que interpretó su tema incluido en el disco, "Dulzura distante".

Bien a la uruguaya, el show fue una fiesta acompasada por un folklore adornado con chacareras, valsesitos, candombes y hasta una bossa. A pesar de que su poca experiencia como comandante de recitales se vio reflejada en idas y vueltas equívocas por el escenario, en algunos olvidos y en titubeos, Ana supo compensarla con su simpatía de muchacha campechana. El recital transitó los paisajes del Río de la Plata en canciones como "Amargo de Caña" (escrita a su lugar de origen, Paysandú) y "Brillantina de agua" (dedicada al río Queguay); además, el show recorrió amores y desamores en "Un cuarto", "No me ves" y "Lo que viene después". El tema "La maleta" se lo regaló a su mamá, autora del poema que le da letras a la canción y en "Tierra adentro", Ana agradeció a Liliana Herrero por haberlo incluido en su disco Litoral. Completa, la uruguaya, regaló algunos bises y eligió terminar el show con una versión electrónica de su canción "Ya no tengo soledad" - con la que también cierra el disco- basada en un poema de la poetiza chilena Gabriela Mistral.

Músicos e invitados se despidieron de una Trastienda llena y Ana, antes de retirarse por completo, hizo una observación que remite al nombre de su álbum: " Parece que de sola, no tengo nada" y pidió aplausos para el público.




Por Analía Fernández

La Bersuit llenó River y se metió entre los grandes del rock Argentino

Luego de 20 años de carrera, Bersuit Vergarabat cumplió con un requisito fundamental para estar entre los grandes: metió 66 mil personas en River Plate. De esta manera, confirmó su gran momento y se consagró como una de las bandas más importantes y convocantes del rock argentino.
Ante los rumores de separación, la banda del sur del Gran Buenos Aires sorprendió con un show de casi tres horas. Una lluvia de éxitos, acompañada por un escenario imponente y un juego de luces que envolvía al público entre colores, fueron los componentes justos para destapar la algarabía de los fanáticos que, a pesar del frío, vibraron en cada rincón del estadio.
“Como se agrandó la familia. Que lindo polvo”, dijo el Pelado Cordera, después del segundo tema para recibir a sus seguidores. Estaba vestido de tanguero, pero pronto volvió al pijama: “Es para todos los medios que decían pavadas y no confiaban en nosotros”.
Con Desconexión sideral comenzó a transformarse el ambiente, le siguieron Negra murguera y Murguita del sur. Después, con la cancha totalmente a oscuras y con el relato (en tono irónico) de la Negra Vernaci, se proyectaron imágenes de todos los desastres ecológicos del país denunciando a los culpables. Este segmento finalizó con una comparsa de Guleguychú bailando, y los temas Madre hay una sola y En la ribera.
Promediando la mitad del espectáculo, Cordera cantó Sencillamente a dúo con Vicentico. Más tarde, para comenzar con el agite se presentó Lito Vitale, también en pijama, y se acopló a la banda para tocar La argentinidad al palo.
El público pasó por todos los momentos: descontrol con La bolsa, Yo tomo, Tuyú, Sr. Cobranza y Se viene, para pasar a la emotividad y romanticismo con Un pacto, Mi caramelo y Esperando el impacto. Pero la excitación llegó (al menos para muchos hombres), de la mano de Hociquito de ratón. El Pelado hizo subir a un grupo de chicas que lo acosaron durante toda la canción, bailando sin corpiño exponiendo sus deseables curvas a los vientos otoñales.
Dos cosas para destacar en contra: el sonido no fue de los mejores, por momentos se mezclaban los instrumentos y se saturaba y sufrieron la falla de un parlante. Y el final, con El viento trae una copla, resultó un poco frío, terminaron de tocar, saludaron y se fueron. La gente espera algún bis más.
La Bersuit cumplió con su objetivo, brindó un excelente show, llenó un estadio y conformó a un público que acompañó en todo momento.
Bienvenido a la elite de las grandes bandas nacionales.

Juan Manuel Blanco

"La última joda" de La Vela Puerca

“O te revelàs o te consumìs / La hora del miedo parece llegar y aquí no vale pensar”.
En contra de lo que muchos pensaron La Vela Puerca es una montaña que no parece poder derrumbarse. El Impulso se muestra como una reveladora instrospectiva plasmada en las letras de Teysera y la potencia de una banda uruguaya que hace casi diez años años atrás tomó impulso y no para.
Fràgil, corte ya difundido y conocido desde hace meses, abre el disco y despierta las ganas de quedarse con la oreja cerca del parlante para ver de qué va lo nuevo de los “puercos”. La semilla plantada en el primer disco parace germinar en el cuarto album, un florecido y maduro trabajo musical.
“La hipocresía se vuelve moda“
El miedo social y la fobia a los poderes opresores siguen siendo los temas principales como en Me pierdo, Colabore o Clones, esta última escrita por el otro Sebastián, el segundo cantante “Cebolla” Cebreiro, protagonista de la balada con sonido a hit radial.
Para no verme más, con la ronca y lacónica voz Teysera, al mejor estilo Dice o Va a escampar de “A Contraluz”, su trabajo anterior, muestra de qué está hecho el grupo, una fórmula, que si bien viene repitiéndose desde su segundo albúm “De Bichos y Flores”, funciona y les queda muy bien. Pino y La sin Razón muestran un poco de rock duro, cerca del final para despertar un poco y despotricar con el canto, para finalizar con Hoy Tranquilo, un canto con sonido a postal, que refleja todo lo que la banda es a la hora de componer y resume con distorsión, piano y tormpeta lo que el disco es.
Si bien el sonido sigue siendo el característico de “la Vela”, este último trabajo cuenta con la colaboración especial de Luciano Supervielle, a cargo de los arreglos de cuerdas y vientos. Y como novedad Supervielle incorpora el sonido de piano en varias canciones, dándole una velocidad y faceta más purificada respecto de los discos anteriores.
La producción va de la mano de Juan Campodónico, colaborador de Jorge Drexler en “Frontera” y uno de los responsables del resurgimiento del Cuarteto de Nos.
Ya no son sólo uruguayos, son argentinos, pero, principalmente son latinos, en su sonido, ritmo y letras. El impulso, entró en escena con algo de lo que pocas bandas conservan aún, un mensaje limpio y directo.
Mariano Alonso











Trabajadores de una curtiembre recuperaron fábrica

Según cuenta la página web de la ahora quebrada Compañía Industrial del Cuero (CIDEC), en 1939 tres familias húngaras cruzaron el Atlántico con mucha esperanza y sorbe todo experiencia curtidora para instalarse en la Argentina. Continúa explicando que la, en ese momento, modesta empresa instalada en Morón, llegó a ser una de las diez más grandes y famosas del mundo, sobrepasando el sueño de sus fundadores.
¿Qué habrá pasado en estos años con el manejo de esta tradicional curtiembre para que en 2006 cerrase sus puertas presentando la quiebra? Lo mismo se preguntan sus trabajadores casi sin respuestas. Sin embargo, y a pesar de tener más dudas que certezas, decidieron conservar sus puestos de trabajo y tomar la fábrica porque, acertadamente, ellos mismos explican que “trabajar es parte de la dignidad del hombre”.
Exactamente el 26 de octubre de 2006 se presentó la quiebra de la CIDEC dejando a 400 trabajadores en la calle. Así, la empresa que hasta ese momento había facturado 36 millones de dólares en 2006 y 50 millones de dólares en 2005, según nos informaron sus ex empleados, carecía de solvencia.
Haciendo un poco de historia junto a los obreros, nos enteramos que en 2001 la empresa había entrado en convocatoria de acreedores. En ese momento el hijo de quien creían que era el dueño, el señor Sergio Copani, los había reunido a todos en el patio de la fábrica para regalarles unas ¿frases de aliento? Daniel Loiza, uno de los empleados, relata cuáles fueron las palabras de Copani: “El salió diciendo que iba a sacar la fábrica adelante, poniéndose al frente, haciéndose cargo de la empresa. Los que estuvimos ahí trabajamos 4 años, creyendo en esa persona.”
Sin embargo, en CIDEC nada era lo que parecía. Durante el proceso judicial descubrieron que los Copani, no eran los dueños de la empresa, sino que figuraban como simples empleados. Más grande fue la sorpresa cuando supieron que habían trabajado para alguien de quien no conocían ni de nombre. El verdadero dueño de la fábrica era un tal Crobato quien, incluso hasta el día de hoy, sigue siendo un mito.
Así fue como, en medio de tanta confusión y con el firme objetivo de mantener su fuente de trabajo, los empleados fundaron una cooperativa, cuyo secretario actual es Daniel Sapia. “Esperamos hasta enero pero nadie se acercó con una propuesta concretar de comprar la empresa o ponerla en funcionamiento. Entonces, como había que salvar la maquinaria y sobre todos nuestros trabajos entre todos y mediante asamblea tomamos la decisión de hacer una cooperativa. Empezamos de a poquito, preguntando. No sabíamos ni cómo era una cooperativa, ni cómo se formaba. Pudimos hacer todos los pasos y ya tenemos matricula de Provincia.” explica Sapia.
Al igual que en otros casos, la historia de CIDEC no escapa a uno de los mayores conflictos que tiene que enfrentar las cooperativas: el económico. Por eso, desde el momento en que decidieron tomar la fábrica sabían que no iban a cobrar un peso y así fue. Consiguieron un subsidio del Ministerio de Trabajo que apenas alcanza los $ 300. Pero lejos de bajar los brazos, la gente de CIDEC empezó a hacer pequeñas pruebas en cuero, e invertirán ese subsidio para comprar materias primas y poder, finalmente empezar a producir. Además, consiguieron que la jueza que entiende la causa les de la tenencia de la fábrica. Aunque todavía faltan unas semanas para eso.
CIDEC traviesa por un proceso que, si todo les sale bien, llegará a su fin cuando tengan el permiso. Pero hay “otras” cosas que se vivieron durante este tiempo y que son muy interesantes. Por que, tanto Daniel Sapia como Rubén Vaca – uno de los trabajadores – relatan los momentos en que les pagaban fuera de fecha, sin recibos, ni salarios, sin vacaciones y en los que vivían con la angustia constante de no saber qué va a pasar…ellos y sus familias. Pero los dos enfatizan en los mismo: “¿Sabés lo que pasaba acá? se vivía en una burbuja. Porque se ganaban muy buenos sueldos y cuando nosotros veíamos a la gente que no tenía trabajo no nos interesaba, no éramos cooperativos. Después que despidieron compañeros y pasó todo esto nos empezamos a dar cuenta cómo eran las cosas. Como nosotros decimos `Acá todo lindo, lo que es feo es estar de la vereda de en frente´ y ahora nos tocó a nosotros estar ahí. Pero estamos con toda la fuerza para enfrentar el desafío, para empezar con esta nueva experiencia Ahora es como un trabajo nuevo, es todo distinto porque tenemos que trabajar para nosotros”.
Por el momento, los ahora cooperativistas de CIDEC esperan cobrar un fondo de desempleo que les permita reinvertir en la empresa y empezar a trabajar. Por supuesto que el número es mucho menos que aquellos 600 que alguna vez supieron trabajar los cueros. Hoy son un grupito de 20 o 30, de los cuales 10 son socios fundadores de la cooperativa. Mientras, esperan que alrededor de 400 empleados más se vayan asociando. Pero muchos obreros no pudieron esperar a ver los frutos de esta nueva forma de trabajo. Algunos consiguieron otros empleos, otros murieron por depresión antes de ver la salida colectiva.

Silvana Palini

Cerdos y humanos (en ese orden)

Un hombre japonés que planta tomates; un ama de casa que compra un kilo de tomates y que tira a la basura uno que está podrido; la basura que contiene al tomate, se amontona en una isla; los cerdos que viven en la isla se comen la basura y dejan el tomate podrido que será...

El corto realizado por Jorge Furtado a manera de una cebolla que se va desnudando, revela la realidad social de hoy. Va desgarrando las vestiduras y por cada prenda que saca, abre un camino distinto de términos que estamos acostumbrados a escuchar pero a no pensar. Las imágenes ilustran la paradójica relación entre los conceptos enraizados socialmente y los hechos que realmente ocurren.

La isla de Flores, donde se acumula gran parte de los desechos de Río de Janeiro, podría quedar en cualquier lugar del Gran Buenos Aires. El japonés que se ve en la primera escena podría ser un colombiano, un senegalés o un argentino. Todos estamos en ese video, publicado en YouTube, que descubre cómo puede un cerdo elegir qué comer antes que un hombre.

Analía Fernández

LA ENFERMEDAD DEL PASADO

Crónica de una pasión




“No es de muerte natural como muere un amor genuino, sino bañado en sangre, bajo los golpes que le asesta el otro”, afirma el omnisciente Alan Pauls en la primera parte de su libro El pasado, por el que en 2003 ganó el Premio Herralde de Novela y que en el último febrero la editorial Anagrama largó la séptima edición en la Argentina.
Allí, sus antagónicos personajes, un pintor austríaco obsesionado por hacer de la enfermedad un arte – y viceversa-, un hombre que vive el presente vaciado de historia, y una mujer de memoria exhaustiva que pretende ser atemporal, se reconocen por ser entes pasionales que juegan con la racionalidad y el tiempo, a gusto y antojo.
La noticia de la muerte del pintor Jeremy Riltse es la que inaugura la historia de encuentros y desencuentros que sufren Rímini y Sofía – adoradores del movimientos artístico denominado Sick Art del que Riltse es uno de los máximos exponentes, y al que Pauls le dedica un extenso capítulo que no tiene desperdicio-, la pareja ideal que, después de doce años de relación, decide coronarla, convertirla en una obra de arte, como dice Sofía, con la pieza cumbre, la separación.
El distanciamiento dispone para Rímini, un políglota dedicado a las traducciones, un panorama nuevo en el que se sumerge con avidez: se enamora de otras mujeres, a las que olvida tan rápido se convierten en pretérito, se vuelve cocainómano, onanista, depresivo, y también se enferma de algo que él denomina Alzheimer lingüístico.
Pero algo tan nimio como una fotografía – o mil quinientas- le sirve al autor para marcar la posición de cada partícipe. Sofía, que no deja de recordar nunca, que es la que ama demasiado como para olvidar nada, exige la separación de bienes, clama por la clasificación de las fotos – imagen perfecta que permite hacerse una idea del pasado vivido por los personajes-, la que pide a Rímini: “Por favor no me dejes sola con este muerto”.
Que más tarde Sofía secuestre un bebé, o arme una secta llamada Mujeres que Aman Demasiado o inaugure el bar Adela H. son cimbronazos que la imaginación del autor nos regala, como también lo es ver a Rímini profesor de tenis o robando un original de Riltse. El libro El pasado, parafraseando a Pauls, es un bloque único, indivisible, que hay que poseerlo o abandonarlo, así, como un bloque, como un todo.
Nuria Giudici

El primer triunfo de los trabajadores

Celebración del Primero de Mayo


Luego de 121 años de las protestas en Chicago, la lucha por las reivindicaciones laborales continúa. Aquí un breve repaso de las trágicas jornadas de 1886.

El Primero de Mayo se celebró un nuevo aniversario del Día Internacional de los Trabajadores. Declarado hace más de cien años por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, esta fecha sirve para homenajear a los Mártires de Chicago y como jornada de reivindicación para los asalariados. Pese a los encendidos festejos alrededor del mundo –y al descanso por el feriado-, no muchos tienen presente los motivos de esta conmemoración.
A fines del siglo XIX, en Estados Unidos, Chicago era la segunda ciudad más importante de este país. Ahí, se habían instalado una gran cantidad de fábricas y debido a los movimientos migratorios, internos y externos, se convirtió en un polo urbano con una gran masa de trabajadores.
En esa época la jornada laboral era de dieciocho horas diarias, por lo que la lucha principal se basaba en la demanda de “ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa”.
El 17 de octubre de 1884 una de las dos agrupaciones de obreros, la Federación Estadounidense del Trabajo (American Federation of Labor, en inglés), resolvió que si para el 1° de mayo de 1886 no se establecía la jornada de ocho horas, irían a huelga.
En el mismo año que el gremio de los trabajadores estadounidenses había puesto como plazo, el presidente Andrew Johnson promulgó una ley que establecía las ocho horas como jornada. Diecinueve estados más, sancionaron leyes similares. Sin embargo, nunca se cumplió por lo que la Federación Estadounidense del Trabajo llamó a huelga.
La otra agrupación –Noble Orden de los Caballeros del Trabajo- intimó a que nadie se adhiriera, “ya que no se había dado ninguna orden al respecto”.
El Primero de Mayo de 1886, aproximadamente 200 mil trabajadores iniciaron una huelga, que en Chicago continuó por dos días más. En el segundo día de protestas la policía reprimió durante una manifestación y en el día tres, frente a las puertas de la única fábrica que mantuvo su producción con trabajadores sustitutos, se desató una pelea. La policía intervino y disparó a quemarropa sobre la gente. Seis personas murieron.
El 4 de mayo, en la plaza de Haymarket, 20 mil trabajadores se concentraron en protesta del violento desenlace del día anterior. Durante la manifestación se produjo una explosión entre los policías, lo que provocó la muerte de uno; estos reaccionaron, abrieron fuego contra la multitud y mataron e hirieron a un número desconocido de manifestantes.
Finalmente, el 21 de junio de 1886, ocho personas –conocidos más tarde como los Mártires de Chicago- fueron sentenciadas (cinco condenados a muerte en la horca y tres a prisión) en un juicio irregular.
Llamativamente, tras los sucesos de mayo, sólo en tres países el Día del Trabajador no se conmemora en esta fecha; uno de ellos Estados Unidos (Andorra y el Reino Unido los otros).
La jornada de ocho horas –tal vez poco respetada en estos tiempos en Argentina- fue la lucha de aquellos obreros, mártires; la de hoy: la igualdad dentro del sistema de exclusión, explotación y pobreza.
Lucas Ayub

Escritos: Para leer si nunca leyó

DESDE EL PRINCIPIO HASTA EL FIN

En su texto de ciencia ficción “La ultima pregunta”, Isaac Asimov plantea una de las inquietudes más esenciales de la raza humana. Con términos propios de un bioquímico, el escritor ruso (criado en Estados Unidos) esgrime una cuestión que atañe al hombre desde su origen: ¿Cuándo se acabará el mundo?

Para ver la evolución de la pregunta y su incapacidad de ser respondida, el cuento avanza por etapas, marcadas por los avances técnicos en relación con las computadoras que controlan el orden de la galaxia: Multivac, Microvac, AC-galáctica AC-cósmica (desde la primera a la última, las máquinas pasaron de estar en el espacio a estar en el hiperespacio y de estar hechas de materia pasan a estar compuestas de algo incomprensible para el hombre). Así, desde los primeros dos expertos en computación que presenta la historia, Adell y Lupov hasta el último Hombre le preguntan a la máquina la misma inquietud que los perturba: “¿Cómo se puede revertir la entropía?” En todos los casos, la máquina responderá lo mismo: “Aún no hay datos suficientes para dar una respuesta esclarecedora”.

Este mismo avance cibernético es paralelo al progreso del hombre en relación con el control de la inmortalidad y de la comunicación mental intergaláctica. De esta manera, la galaxia empieza a súper poblarse, hasta que todo el universo se ve invadido por el ser humano. Después de tres trillones de años de desgaste, el sol se extingue junto con las estrellas y el hombre comienza a fusionarse con la AC. Entonces, sin espacio y sin tiempo, como consecuencia de la desaparición de la materia y la energía, sólo la computadora existe y sólo existe para responder la única pregunta que fue incapaz de contestar.

Cuando parece que la historia termina y que la inquietud queda ahí abandonada en la oscuridad total del espacio, Asimov guiña un ojo. ¿Cómplice? ¿Nos está por dar la respuesta que todos esperamos? No, claro que no. Pero la AC la encuentra, después de recabar datos y de procesarlos, tiene la contestación que todos, en distintas épocas, le imploraron hallar. Sin embargo, no hay ningún hombre a quien pueda decírsela. Entonces, la misma respuesta se encargará de hacerlo. Y la AC, después de organizar el programa para volver Universo al Caos, sentencia: “¡Hágase la luz!”

Y la luz se hace. ¿Renace el cosmos? Sin duda, Isaac Asimov deja, volando en el aire, esa cuestión inherente al hombre: qué sucederá en el futuro.


Por Analía Fernández




Otros textos de ficción de Isaac Asimov:
Yo, Robot
Lucky Starr (serie de novelas escritas con el pseudónimo de Paul French)
Némesis
Cambio! 71 visiones de futuro

El hombre bicentenario