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En la tercera fecha del Quilmes brillaron Los Piojos Y Kapanga

El sábado pasado se llevó a cabo la tercera fecha del Quilmes Rock, con las presentaciones de Kapanga, El Tri (México), Ojos de Brujo (España), Intoxicados y como gran protagonista: Los Piojos.
La lluvia y el frío, que estuvo presente durante casi todo el día, pareció no importarle a los mas de 60 mil fanáticos, en su mayoría piojosos, que se congregaron en la cancha de River Plate. La sutil tormenta que azotó a la capital sólo ayudó a que la fiebre por el Rock and Roll aumente con cada banda que pasaba.
Los Kapanga fueron los encargados de abrir la jornada, y el motivo por el cual la gente llegó al estadio antes de las 16 horas y formara una cola de casi quince cuadras. Con una lista de puros éxitos especiales para el pogo y con el “mono”, que finalmente se recibió de showman, logró agitar a la multitud y se colocó entre lo mejor del día.
Más tarde llegó El Tri, que gracias al carisma payasesco de su cantante, Alex Lora, sin haber hecho una buena producción musical consiguió ganarse al público. Algo muy distinto le paso a Ojos de Brujo (ver recuadro), que en todo momento fue asediado por la gente que no comparte el estilo flamenco-hip hop de los españoles.
Intoxicados apareció pasadas las ocho de la noche, y su show consistió en simular una presentación en el antiguo programa “Grandes valores del tango”, con trajes y todo. Incluso tuvieron como presentador a Dady Brieva, que tomó mayor protagonismo que el cantante Pity Alvarez, al que por momentos no se le escuchaba la voz y mucho menos se entendían los movimientos que hacía sobre la pasarela puesta a lo largo del campo.
La ansiedad se calmó, pero se desató la euforia cuando Los Piojos salieron al escenario. Con una generosa actuación, donde no falto nada, desde emoción y dedicatorias a Maradona y a los ex combatientes de Malvinas, pasando por clásicos como “Te diría”, “Los Mocosos”, “Todo Pasa”, “Genius”, entre otros.
Con un Ciro Martínez encendido y bromista, la banda tuvo tiempo para relajarse y dejarse llevar por la energía que desprendía un público que soportó casi diez horas la lluvia y el frío. Incluso subieron un muñeco de Keith Richard, “lo teníamos guardado en el baño desde febrero”, dijo Ciro en uno de los tantos momentos de diálogo y chiste con la gente.
Fue un cierre correcto, con muy buen nivel musical y un despliegue como ya es común en la banda del Palomar, y que para fortuna de los fanáticos fue lo mejor en una jornada compuesta por altibajos.


Sin embrujo para los argentinos

“Venimos desde muy lejos así que trátennos bien”, pidió la cantante de Ojos de Brujo, Marina Abad, pero pocos lo respetaron. La banda de Barcelona tiene una mezcla interesante de sonidos (flamenco, hip hop y rock latino), letras con alto contenido político y mucha energía en el escenario, cosa que no importó mucho a los espectadores.Durante toda la presentación fueron abucheados y le arrojaron cosas en muchas ocasiones, a tal punto de obligarlos a terminar antes su show. Sólo recibieron aplausos cuando anunciaron su último tema. Fue una lástima que el público no haya querido disfrutar de algo novedoso y potente.
Juan Manuel Blanco